Centro Asturiano de Buenos Aires, julio 2024
Rafael Rodríguez Castro: gaita
(“Añada Pa Gael”, de José Manuel Tejedor)
Luis Pescetti: poema y voz
Juan Quintero: guitarra
fotos: Laura Siesta
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Dice el hijo:
¿Son las olas de piedra?
¿Es la luz un animal nuevo?
¿Por qué no te veo?
¿Por qué oigo y toco, tengo sueño y no me duermo?
¿Por qué tanta agua, madre, y esta soledad con la que vengo?
Dice la madre:
Apaga el mundo, marinerito despierto,
por grande que sea el mar, y confuso el sueño,
las dunas atrás del viento que gasta y gasta las piedras,
protegen, querido, tu sueño.
Para la soledad que, bajo el brazo, traemos
y que no la cura nada; pero hay remedio
tengo un bosque de naranjas,
mucho cacao, caramelos,
un beso en los párpados de la cueva,
y una estrella sin Belén.
Sopla el aire su padrenuestro.
Vinieron a conocerte:
el horizonte y las matemáticas del cielo.
Trompos, juguetes de madera,
aguardan con sus hilos atados a tus dedos;
pero les digo que esperen,
te fuiste con un balde, hondo o lejos,
ahora sos azúcar en el agua de tu sueño.
En el aljibe del pensamiento,
sin brújula ni desconcierto,
estás trabajando, minero.
Descansa entre los senos de las dunas
y el amarillo del viento,
que la leche no se cuaja, ni se quema tu desierto,
ni se seca el mar, ni me voy a otra parte,
ni me abro, ni me cierro,
en lo que vas y te vas y vuelves,
me quedo en el brocal de olas y Luna llena,
te espero.
© Luis Pescetti