Camino hasta la cremería
a buscar leche para el hospital.
Las calles son de tierra, llovió,
dejo mi bicicleta en la última casa con vereda.
Me queda un kilómetro más, llevo el tacho,
última calle del pueblo,
primer camino del campo,
al mismo tiempo.
Voy vacío,
vuelvo lleno.
Vacío,
lleno.
Acá empieza la vida adulta,
trabajo en el hospital.
Acá sigue la infancia,
me dejan ver una centrifugadora,
el maestro quesero
mete la mano en el cuajo de una tina,
me regala un puñado de requesón tibio.
Vida adulta,
infancia.
Vuelvo cargando el tacho lleno,
camino por el barro.
Viento fresco,
silencio,
algunos ladridos,
lejos.
© Luis Pescetti
Hermoso! Me describe mi realidad