Que no se me pegue nada

Que no se me pegue nada,
que no se me pegue lo vivido
ni lo que quiero vivir
ni los años que tengo
ni los días que tendré
ni lo que me falta.
Que no se me pegue,
que no me pese
como una piedra en el deseo
el color de esos ojos.
Nada de lo que me falta.
Ni uno de los besos,
ni uno solo de los besos únicos y carnosos.
Ni las nubes blancas, ni la sombra
de los días de Sol.
Que no se me peguen
los abrazos,
las alas,
ni los pedazos de pan,
ni las limosnas.
Que no se me peguen las islas de Grecia,
ni las fortalezas
que, unos días más, y no defienden ni lo que defienden.
Que nada se me pegue más que tu
pequeñita y eterna voz
y tu aire y tu perfume,
y tu olor.
Alma mía,
mi éxodo.
Tierra nunca imaginada
pero tierra prometida.
Corazón.

(c) 2018 Luis Pescetti

© Luis Pescetti

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