Mariposa, a tu boda,
llegas tarde, es la hora.
Las campanas ya sonando
y tu novio está esperando.
Si la novia no se apura,
dice muy nervioso el cura,
yo me salto el protocolo
y lo caso al novio solo.
Pero llega, azul y lenta,
y sus alas son tan bellas
que ofició uno que pudo
pues el cura quedó mudo.
Moraleja: no es sencillo
dar al mundo algo con brillo.
Y nos pide esa tardanza
sólo amor y confianza.
© 2016 Luis Pescetti
© Luis Pescetti