Decreto 2024

A este reciente decreto
ni leerlo pudimos
firmamos tantos papeles
con tan poca luz que no vimos.
La letra era apretada,
confusa y no se entendía,
debo serles sincero,
no capté ni qué rayos decía.

 

Yo creí que nada más
renunciaba a la línea aérea;
pero el bodoque incluía
aeropuertos y carreteras,
el CONICET y la UBA,
la Comisión de Energía,
el INVAP y el Balseiro,
el Banco Central, la Corte y la Justicia.

 

INTA, parques nacionales,
minas, petróleo, algodón,
escuelas con todo y maestros,
presupuesto de educación.
Científicos y actores,
agua dulce, lagos y regiones
y hasta la ropa interior
(sí señor: calcetín y calzones).

 

En letra aún más pequeña,
que tampoco advertí,
donaba todos los órganos
de los habitantes del país.
No son nuestros nuestros riñones,
ni el corazón, ni las tripas,
ADN y células madre,
incluía esa letra chiquita.

 

¡Ay, ciudadanos, les pido!,
su amable comprensión.
Ser funcionario no es fácil
con tan poca iluminación.

Luis Pescetti, con afectuosa memoria a Tato Bores,
Landrú, a Pinti.

Con profundo respeto a los docentes,
científicos, investigadores, técnicos,
artistas, médicos, ingenieros,
profesionales de distintas áreas y
a todos los que, trabajando en organismos
estatales, engrandecen esta trama común
que nos ampara.

© Luis Pescetti

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