Higiene en la comunicación

EN LA COTIDIANA

Todos pasamos por momentos de susto, angustia, fastidio. No nos comportemos como el único al que le ocurre, tampoco como si no nos pasara nada.

Mejor si no transmitimos miedo, para decir que “tenemos miedo”. No reenvíes un video que te asustó, pensá si no es mejor pedir: “Estoy angustiado, necesito compañía, ¿puedo llamarte?”.

La saturación de mensajes me resulta dañina, de otra manera que la ausencia de información; se convierte en ruido. Un mensaje es más valioso si tiene el significado de un contacto real (y no un mero reenvío). Prefiero enviar los que escribo personalmente, y leer los que así me llegan. Y sobre esos, prefiero los que cuentan una experiencia propia, y no un susurro ajeno.

Intento no ser audiencia ingenua, ni desconfiada a priori (otra manera de ser ingenuo). Elijo fuentes confiables y que operativamente me ayudan a tomar conciencia, cuidarme y transitar este momento.

No minimizar, no alarmar, no abrumar; pedir las cosas por su nombre y ser solidario en los cuidados. Cuidar a los míos y vigilar a la perra que, en este momento, está mirando algo que no debe morder.

COMO COMUNICADORES
Con mi experiencia en radio, televisión y los años de escribir, en distintos países, aprendí que es un error tomar el micrófono como amplificador personal. Somos traductores, medios; llegamos a más personas para interpretarlos, no para capturarlos. Contamos e inventamos historias para que el otro se reconozca,siga más pleno y dueño de sí mismo, no para reducirlo, o hacer una fila atrás nuestro.

En estos días la información se dirige a gente que no puede salir, o poco. El impacto no es el mismo que en épocas normales.

Por lo general se está en un lugar de poder, y la audiencia en uno de menos poder; ahora aumentó la asimetría.

Valorar antes de hacer predicciones sobre cuánto va a durar o cómo se desarrollará, antes de hablar desde un lugar pesimista o de descreimiento sobre lo que se hace o cómo se tomaron decisiones. También pensá el marco y la razón para  difundir imágenes de impacto (personas que sufren, desfallecen, médicos en la trinchera, etc.).

Ayudá a divulgar a los que saben y comunican bien. Hay una saturación de afirmaciones sin base, imágenes que no necesariamente se trasladan al ámbito local, ni hacen tomar conciencia, ni pueden tomarse con empatía, y estudios supuestamente técnicos, que se difunden antes de cotejar con pares idóneos.

Sin encerrarnos, ni ser egoístas, sin limitar la capacidad de investigación del periodismo, ni afectar la libertad de expresión; que cada uno revise las reglas desde la cuales comunica en este momento.

©  Luis Pescetti

© Luis Pescetti

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