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Fragmento de la charla en FLACSO (sede Argentina), para el Curso de Posgrado “Educación Inicial y Primera Infancia” y el Diploma Superior “Infancia, Educación y Pedagogía”, coordinados por Patricia Redondo y Estanislao Antelo.
“Pregunta del público: Y por el otro lado, ¿cómo uno logra combatir el aburrimiento? Yo que recién empiezo, tengo muchas ganas de que todo el mundo disfrute…
Pero está buenísima esa pregunta porque, a veces como papá te enojás con tus hijos, te cansás, y qué suerte que llegó la mamá y le decís “tomá, te toca a vos”, o viceversa, y esas son las cosas que uno menos cuenta y cuando “ah, a vos también te pasaba, qué alivio”. “Ah, no es que no lo quiero, lo quiero.” (Risas).
A lo que voy es: qué sano que se hable de aburrimiento y docencia, habría que hacer todo un capítulo. “Yo me aburro de mí mismo, aburro a los chicos, ¿qué hago?” o “Me da miedo aburrir”.
Y después yo, por ejemplo, cuando voy a actuar, en mi caso, preparo un guión, pero siempre antes de cada show en el escenario extiendo todas las partes. Letra por letra, chistes, todo, y reordeno y acomodo, porque hay algo en el momento que prefiero cambiar, poner acá. Llevo notas de hace diez, quince años a esta parte, qué actué, qué canté en cada lugar, para no repetir.
Me busco la vuelta a mí mismo para que sea fresco.
Y después les voy a dar el mejor tip que me han dado en la vida. Este sí vale, para mí, la charla.
Y, porque a veces me pasa que tengo una canción nueva, pero esa sola. O un chiste nuevo, que está tan bueno, que me hacen ganas de esperar el sábado para ir al concierto. Y todo lo demás se cuelga de esa novedad que me muero de ganas de mostrar.
Y una vez tomé un curso de sitcom (comedia de situación) con uno que era vicepresidente de Sony, Estados Unidos. Por una casualidad de la vida me propusieron que fuera guionista, no lo fui, pero terminé en un gran canal de televisión en México, gran canal, el segundo más importante, que había invitado a este directivo de Sony a que diera un curso de sitcom
Y esto dijo el tipo (en realidad dijo muchas cosas pero con una me quedé…):
Porque vieron que en la sitcom hay como un estilo de chistes, de chistes permanentes. No me acuerdo cómo fue la pregunta que dijeron, “¿cómo hacen, cómo se plantea?” pero él dice: bueno, la verdad, el programa dura 21, 23 minutos. Nadie puede ser gracioso 21 minutos. Nadie. Entonces nosotros nos proponemos (y creo que la proporción era algo así) que haya un chiste inolvidable por programa. Un chiste inolvidable por programa. Tres o cinco muy buenos. Diez que acompañen. Y el resto, no importa si se olvidan. Me pareció maravilloso. Imagínate si uno con la propia pareja tuviera por día una anécdota inolvidable. Ya olvídate de un día de amor. Una anécdota. ¡Ya la hiciste!
Entonces: 4 horas de clase, proponete un momento inolvidable, tres o cinco muy buenos, diez que hagan de csp en los remedios (“cantidad suficiente para”) de gelatina sin sabor, y lo demás no importa.”
© Luis Pescetti