Sueño y realidad

Yo una vez soñé que fui a un show que tenía un espectáculo y había así todo el público con grandes y niños, familias o gente que había ido sin permiso porque tenían la edad o capaz que abuelos o adolescentes que cantaban y hacían juegos y se reían con los chistes y había luces en el escenario y músicos que tocaban de todo y nos divertíamos un montón y la pasábamos bomba y yo estaba más contento que no sé qué y nadie quería que terminara; pero era un sueño y me desperté. Entonces mejor me hago artista, me dije, porque es más trabajo, la verdad, pero el show del sueño depende del inconsciente que lo hace involuntariamente, en cambio si me hago artista, pensé, lo puedo hacer más a voluntad y subirme a un escenario y elegir los músicos, no como el inconsciente que capaz que te pone a cada pescado ¡que te querés morir! Estás tocando y ves al de la trompeta que es una serpiente: ¿Y ésta de dónde salió?, te preguntás. ¡Del inconsciente! En cambio, si te hacés artista, sale de su casa, y hasta podés hacerte amigo, y vuelven otra vez y siguen siendo Marto o Pojo o Spiller o Rur, ponele, que si fuera el sueño hacés otro show… Y en la guitarraaa: ¡El tío Joaquín peleándose con la nona! ¿Y Ahora cómo hago? Te decís… paciencia, qué vamos a hacerle, paciencia, porque es el inconsciente que no se fija. No como la vida despierto, que es lo que va a empezar ahora y es lo que se dice: un sueño hecho realidad.
No, mejor: un sueño hecho realidad que se inspiró en un sueño.

 

flyer palmas 640

© Luis Pescetti

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *