Boletí­n nº 16

Presentación del nuevo CD: Qué público de porquería

(click en las imágenes)

No sé por qué a los chicos les divierte tanto jugar “a las luchas”, y eso hago desde el escenario. Me muestro tan caprichoso como ellos lo son a veces, autoritario como les toca vivir, en ocasiones.
Todo es tan desproporcionado que ellos captan la ironía y se ríen, se ríen, se ríen.

El mundo infantil está saturado de mensajes idealistas, propositivos, y expectativas que no coinciden con lo que los chicos ven en su familia, en la escuela o la televisión.

La mente es una devoradora de sentido, se alimenta de aquello que ofrece sentido, y se lastima con lo que es incongruente. Los niños son detectores de incongruencias.

La crítica se asoció con la amargura, y no debe ser necesariamente así; también se critica como lo hace el carnaval: con fiesta.

Después de tanto acto oficial, de tanto discurso, después de tanto espectáculo infantil en el que el artista es un señor “bueno” que, con unos amigos “buenos” invita a descubrir el mundo que también es “bueno”, exclamar: “Qué público de porquería” es una invitación a aflojarnos las corbatas. Como decir: dejémonos de embromar, que la cosa está que pela. A veces está que pela porque duele y, otras veces, por hermosa e intensa.

Luis
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Queridas gentes, con mucha alegría compartimos con ustedes que, después de dos años y medio de trabajo, el disco se terminó, y sale a la calle.

En Argentina ya comenzó la distribución y estará a la venta a partir de la próxima semana. El lanzamiento será en Buenos Aires, el domingo 4 de junio (lugar y hora se publicarán en la agenda).

En México la distribución comenzará dentro de muy poco, y el lanzamiento consistirá en los tres shows en la hermosa “Sala Nezahualcóyotl” del Centro Cultural Universitario de la UNAM (con una capacidad de 2.170 espectadores). También están los datos en la agenda.

¿Dónde se consiguen los libros y discos? (click aquí)

Nota: no repetimos el boletín anterior (nº 15), pues era un cuento del nuevo Natacha, que está en el foro

© Luis Pescetti