Estoy en Grecia

Estoy en Grecia.
Hace dos mil quinientos años
un campesino con dos hijos se topó
con un grupo de soldados.
Les puso las manos sobre
sus hombros, paralizados los tres.
Uno de los soldados
señaló con su lanza al hijo mayor,
debía entregarlo para que fuera con ellos.
Luego se divertirían con él,
o lo dejarían libre en un rato,
o lo harían soldado.
No sé.

Soy el hijo, del hijo, de los hijos
del hijo del campesino.
Del que se quedó.
O el hijo de los hijos
del pobre muerto de miedo,
que lloraba y señalaron.
Nunca de uno de los soldados.
Lo digo sin orgullo,
sólo sabiendo dónde nacieron
tantos miedos.

(c) Luis Pescetti, Atenas, 2018

© Luis Pescetti

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