Aretha

Dios, yo te he cantado tanto…
tanto
yo te he cantado tanto, Señor.
De mi garganta no salieron sino
alabanzas a tu nombre, en cada palabra que dije.
Mis canciones no dejaron de sonar un solo día de cada giro
de este mundo,
¿por qué me llamas?

Tantos sintieron tu presencia por mis canciones,
y bailaron tu Gloria cuando te cantaba,
y creyeron en ti
porque oían mis canciones que te hablaban,
y nos balanceábamos juntos y fuimos trigo
del viento de tu Gloria.
¿Por qué me llamas?

No estuve sino llena de gozo por tu presencia,
y cada día di gracias, Señor, gracias,
y cada noche recé convertida en una niña
hasta anoche, mi última noche.
Amamanté desvelada, hecha una niña,
y curé fiebres, di de comer.
Siempre canté tu Gloria, señor,
y mi voz desplegó su vuelo interminable
mil veces por tu poder, Señor.
¿Por qué me llamas?

Te di las gracias por cada semilla, Señor,
por cada gota de lluvia y cada acre de tierra,
y por los pies descalzos.
Tú, que todo lo puedes, oye mi plegaria:
déjame verlos por un millón de días al millón de días
que siga a este bendito día de hoy que te lo pido.
Te he cantado tanto.
¿Por qué retiras tu aliento?
¿Por qué lo reclamas?
Tengo hijos, nietos, y no vi su día de mañana,
todavía no vi su día de mañana,
y su día de pasado mañana.
Yo siempre te seguiré, señor,
siempre,
tú eres mi pastor y soy tu oveja más fiel.
Sólo te pido, es tan hermosa tu Creación,
mírala, Señor, mira sus cascadas, y sus selvas,
y tantas montañas que has hecho.
Así los miro a ellos, Señor
y quiero verlos mañana,
y mil días más después del día después
de mañana.
Y esa es mi plegaria pues al verlos no veo
sino a ti que todo lo haz creado
como nadie más podría crear tanta belleza y amor,
y si sólo te viera a ti, no vería tu obra, Señor,
que es dónde sólo puede verte
quién, ciega a tu luz
cantó, cantó
y cantó.
.

Luis Pescetti

© Luis Pescetti

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